On the way home, a new year, new hope

Vagón N°:3
Estoy con:Narcissa Malfoy

Hoy era un dia muy especial para todos los miembros de la familia Potter-Weasly, ¿el motivo? hoy empezaba un año mas en la escuela de Hogwarts y todos estaban muy emocionados, Lily se levanto temprano y termino de preparar todas sus cosas, aunque caundo bajo a desayunar se sorprendio al ver a sus dos hermanos mayores, quieres se metian con ella por haber bajado tarde pero ella no le importo, sabia que este año iba a ser diferente y no dejaria que nadie se volviera a meter con ella, por supuesto ni sus hermanos ni sus padres, no sabian nada de lo que le pasaba, y no queria que lo supieran, ya que si se enteraban se armaria una gorda, la familia se fue pronto de su casa y cuando llegaron al anden, estuvo mirando a su alrededor para ver si veia a Narcissa o a algunos de sus primo pero no encontro a nadie, cuando el tren llego, se despidio de sus padres, con un beso y entro rapidamente en el tren, la chica se separo de sus hermanos, ya que no queria molestar y empezo a buscar un sitio donde se sentarse, y se sorprendio de ver a su mejor amiga en uno de los vagones sola a si que entro.

-Narcissa-grito y la abrazo, sentandose a su lado y dejando sus maletas en el suelo-ya pensaba que no te encontraria, estaba preocupada-dijo feliz de verla

Vagón N°: 2
Estoy con: Lysander A. Sartorius

Rodó los ojos por quinta vez cuando su padre volví a entrar e su habitación para asegurarse que llevaba todo. No es que fuera necesaria la supervisión, después de todo lo había hecho ya tantas veces que sabía perfectamente que llevar y que dejar en casa, pero ese era el primera año en que su madre no estaría para despedirla y s padre creía conveniente ser el encargado de recordarle cada una de las cosas tal y como lo hacía su madre. No era algo que le molestara. Lo amaba más que a nadie después de lo que había tenido que sufrir, pero cuando el vaivén desde la cocina a su habitación se había repetido ya por octava vez, la situación comenzaba a cansarla, hasta que finalmente y con el dolor de su alma, había cerrado la puerta con llave y gritado a su padre que se encontraba en el piso inferior que saldría cuando tuviera todo en orden.

Y así lo había hecho, no fue necesario más paseos de su padre y tomando un locomoción pública se dirigió con él hacia la estación, iban solo los dos en esa viaje, uno en que hace exactamente un año, habían sido tres. Sus hermanos nunca siempre se iban antes, siendo la única chica, una que a sus ojos nunca crecería sus padres creían conveniente tener que hacer ese viaje siempre juntos. Notó a su lado como el viejo hombre disimulaba una lágrima y alzando su brazos lo rodeo con fuerza y le prometió que todo iría bien. Acarició su calva y besándolo una vez que ya estaban entre los andenes le sonrió con energías- Sabes que todo irá bien, prometo escribir seguido –le dijo convenciéndolo e intentando que aquello también fuera un impulso para ella. Era difícil, ambos lo sabían, pero apostaba su vida a que para él era una prueba gigante el seguir solo sin su compañera de vida, no se lo merecía, no aquel hombre.

Le dio un último abrazo y tomando aquel baúl entre sus delgadas manos lo alzó de una sola vez y mirando por última vez sobre su hombro a su padre dedicándole una sonrisa se encaminó por los pasillos en busca d algún vagón que no estuviera muy ocupado. Cuando parecía que era una tarde ya terminada en fracaso encontró una en la que solo estaba un chico y al que reconoció inmediato- Hey –saludó con una amplia sonrisa, una que dedicaba solo a algunas personas que conocía y que le agradaban- Te juro que este baúl cada año pesa más –dijo entrando finalmente y agradeciendo que no estuviera lleno como el resto por los que ya había pasado- Espero no te moleste, pero de verdad por todos lados la gente repleta los vagones –se mordió las mejillas por dentro y le sonrió nuevamente alzando solo una de sus cejas, señal clara de que esperaba una respuesta del chico.

Vagón N°: 2
Estoy con: Lysander A. Sartorius, Isabel S. Crowley

Como todos los años había viajado a Londres acompañado de mis padres una semana antes del inicio de clases puesto a me gustaba disfrutar de esa semana acompañado de ellos sin ningún pendiente para así hacer las compras que faltaran para el nuevo inicio. Aunque ya quería viajar solo para adquirir algo de responsabilidad siempre insistían y terminaban acompañándome.

Como era algo normal al momento de llegar al anden 9 ¾ todos los muggles ni notaban que entrabamos listos para tomar el tren. Aunque acostumbraba a revisar que todo mi equipaje estuviera listo dos días antes de llegar aquí siempre me terminaba faltando algo lo cual me tenia que arreglar hasta el primer fin de semana para salir a comprar a Hogsmeade para solucionar esos descuidos que ya eran costumbres mías.

El tren sin duda era un total caos, todos buscando a sus amigos para tomar el mismo vagón, otros entrando al primero que encontraran vacíos para no tener que ir hasta el fondo vi uno que me gusto y entre ya habia dos personas hay pero igual no me importo mucho lo que quería era sentarme ya y disfrutar el viaje eso sin duda me serviría para distraerme un poco y tal vez entablar una nueva amistad con aquellos chicos. -Aun hay espacio aquí - Pregunte antes de entrar puesto a que si esperaban a alguien o ya estaba alguien mas no quería tener que volver a buscar otro vagon

Vagón N°: 5
Estoy con: Solo de momento

Hacia una semana que me encontraba en Inglaterra, mi estancia no duraba mas que unos tres días al año, pero este era diferente, acaba de cumplir la mayoría de edad y tomaría posesión del patrimonio Rosier en Gran Bretaña, por lo que había hecho el ritual en la mansión hace unas noches, que me habían dejado agotado y había pasado toda un día en cama, por lo que me toco soportar a toda esa gente mientras realizaba mis compras un día antes de la partida del tren.

Mi andar y sobre todo mi mirada, hacían que los asquerosos muggles se hicieran a un lado mientras pasaba, no sabia por que aun debíamos usar aquel método tan ordinario y muggle para ir al colegio. Al atravesar la barrera sonreí un poco al ver el tren escarlata, pero mi sonrisa murió en el acto al ver a tanto sangre sucia y mestizo en la plataforma. Mis pasos me dirigieron directamente a mi acostumbrado vago, el cual se encontraba solo, como era habitual a esa hora, por la ventanilla podía ver a las diversas familias sonreír e incluso llorar, un malestar invadió mi pecho, ¿sentimiento? jamas, quizás era la repulsión que me daban verlos.

Conjure el libro que llevaba un tiempo leyendo, sobre los principios de nigromancia y su base con la magia negra, para poder olvidar aquel extraño malestar que había sentido hace unos momentos.

Vagón N°:3
Estoy con: Narcissa Malfoy & Lily Luna Potter

"Llego tarde, llego tarde, llego tarde". Esas eran las únicas palabras que pasaban por mi cabeza aquella mañana, y es que tengo unos hermanos tremendamente agradables, que en vez de despertarme me habían apagado el despertador y se lo habían llevado. Los gritos de mi madre diciéndonos que nos diésemos prisa o perderíamos el tren, eran lo único que se podía escuchar en la mansión Nott en esos momentos. Baje las escaleras corriendo mientras me terminaba de poner la diadema en el pelo. Si las miradas matasen, Clarissa y Septimus estarían muertos desde hace mucho tiempo.

No tardamos más de cinco minutos en llegar a la estación del Londres muggle, pero como todos los años tardamos unos diez minutos en pasar al andén 9 ^3/4 porque papá se empeñó en que no podía haber ningún muggle cerca cuando cruzáramos el muro de piedra. Una vez en el andén me despedí de mis padres mientras arrastraba el baúl en dirección al Expresso de Hogwarts. Caminé por el gran pasillo mientras hablaba con Atlas, pero a este en un momento dado le debió de parecer divertido dejarme hablando sola.

Localicé a mi prima en el vagón tres con la pequeña de los Potter y entré maldiciendo por lo bajo a mi hermano. Dejé el baúl arriba y le di un abrazo seguido de un beso en la mejilla a Cissa, -Hola caracolas- dije muy animadamente, me giré hacia la pelirroja y le dediqué una sonrisa mientras me quitaba la chaqueta que madre me había obligado a llevar porque, según ella, hacía demasiado frío como para ir sin un buen jersey, al final el jersey se había quedado en casa, pero igualmente me había traído la chaqueta-

Vagón N°:3
Estoy con: Narcissa Malfoy, Cassiopeia Nott & Lily Luna Potter

Corrí hasta la puerta, como de costumbre. Salir temprano era algo que me gustaba en demasía, y me disgustaba no cumplir con aquello yo misma, de hecho me molestaba tanto que la pasé enfadada hasta que no hubo más remedio que despedirme de mis padres con una sonrisa. No solía atrasarme de esa forma, de hecho no hubiese pasado así de no ser porque mi buen hermano Frank se apoderó del cuarto de baño sólo para molestarme. Toqué a la puerta, llamé a mis padres, pero no hubo fuerza que le hiciese salir de ahí hasta que se cercioró de que era lo suficientemente tarde como para que, aún apresurándome, saliésemos con tiempo hasta la Estación. Me enfurruñé tanto al ver su sonrisa de satisfacción por ello que, después de subir al tren, no le dirigí la palabra y caminé en dirección opuesta a donde él iría.

Pasé por el compartimiento donde se encontraba James y una chica que había visto algunas veces con mi hermano, pasé de largo y me crucé de brazos. No hallaba ningún sitio ni rostro conocido, y no estaba dispuesta a irme en el pasillo durante todo el viaje, en el peor de los casos me iría al vagón del equipaje para no toparme con ese chico tan molesto. Cuando mi mal humor bajó un poco pensé en buscar a Louis, pero aquello no era una opción, ¿cierto? Seguramente estaría con sus amigos y no quería ser impertinente, mejor que lo viese durante el colegio. Comenzaba a desesperarme cuando encontré un rostro conocido, eran Lily y Cissa, junto con Cassiopeia, una chica de Gryffindor con la que había cruzado algunas palabras - Ehh.. ¿puedo estar con ustedes? - pregunté asomando la cabeza por la entrada con timidez, tenían un espacio y esperaba en verdad que no estuviese ocupado, pues de lo contrario tendría que buscar otro sitio y no me apetecía para nada seguir recorriendo los vagones sin cesar.

Vagón N°:3
Estoy con: Narcissa Malfoy, Lily Luna Potter & Alice H. Longbottom

Estaba recordando todo lo que había hecho aquel verano, desde la escapada con mi hermano al mundo muggle para alejarnos de las regañinas de nuestros padres, hasta las visitas a Cissa y Scorpius. Había sido un verano realmente bueno, de los mejores que recuerdo, no había tenido ningún tipo de problemas durante esos meses, y eso en casa era algo realmente dificil, sobre todo cuando mi mejor amiga venía, personalmente no entendía el odio de padre y madre hacia los nacidos de muggles, Birgit era una de las mejores personas que conocía, y era hija de muggles.

De repente la puerta del vagón se abrió dando paso a una muchacha de rubia cabellera preguntando si podía quedarse con nosotras -¡Alice!- la menor de los Longbottom, había intercambiado alguna que otra palabra con ella alguna vez, y era realmente agradable -Claro que si, venga pasa, no te quedes en la puerta- le dije mientras me levantaba para cogerla de una mano y tirar de ella, con la puerta abierta entraba una ligera brisa que realmente te dejaba helado en el sitio.

Vagón N°: Sexto y ultimo vagón
Estoy con: Con Arthur Cacciatore

Al fin había llegado el día que tanto esperaba, no por el hecho de regresar a ese despreciable colegio, sino más bien porque podría salir de la horrible casa de mis padres donde estaba obligada a ver a ese estúpido muggle todos los días y tratarlo como si de mi padre se tratase. Ya he perdido la cuenta de todas las veces en las que le insistí a mi madre el dejar de suplicarnos a Arthur y a mí que llamáramos a su nueva mascota “papá”, porque eso era todo lo que podía alcanzar a ser aquel sucio pseudo hombre; una mascota que madre había encontrado para tratar de llenar aquello que padre jamás le dio por su ignorancia.

Me había despertado mucho antes que todos, aunque la puerta aún se encontrase cerrada, no era de las personas que dormían hasta tarde y el terror nocturno que padecía me impedía poder conciliar el sueño no más que unas pocas horas por la noche. Cuando me encontraba en Hogwarts eso no había supuesto ningún problema, ya que me daba la oportunidad de hacer cosas que de otro modo me perdería a causa de la inoportuna necesidad de dormir, más cuando me hallaba nuevamente en esta asfixiante prisión me veía limitada a las cuatro paredes de mi habitación la cual se había convertido en mi mundo, al menos durante los meses que debía pasar confinada en ella.

Pude escuchar cuando la mayor de los Cacciatore salió rumbo a la estación de King Cross, una sonrisa torcida se dibujó en mi semblante anteriormente relajado, aún me encontraba tirada en mi cama pensando en lo mucho que me divertiría aquella mañana. Tal vez aun no pudiéramos anunciarnos como lo que realmente éramos, una estirpe de magos legendaria que hundiría al mundo bajo su dominio, condenando a los estúpidos muggles a un destino colmado de dolor y de fuego eterno; desde pequeños habíamos sido criados para la grandeza y aunque sabía muy bien que Arthur pensaba ocupar el trono principal algún día le demostraría que yo también puedo reinar. La estridente voz de la señora que en algún momento considere como mi madre me llamó la atención; al parecer había ido hasta la habitación de mi hermano mellizo para despertarlo y de paso pedirle que me despertara a mí, vaya cobarde. Suspiré casi teatralmente mientras me levantaba, caminando con parsimonia hacia el vestidor e imaginaba la cara que Arthur pondría al ver entrar a nuestra madre a su habitación, hace ya bastante tiempo que dejo claro que solo nosotras podíamos entrar a su lugar y el que una impura como ella llegase siquiera a perturbar su calma con su presencia no podría ser nada bueno, aunque lo conocía suficientemente bien para saber que no haría nada al respecto; a veces era tan terco.

Terminé de vestirme justo cuando mi mellizo tocó a mi puerta. Rodé los ojos y con un ligero :-Lo sé, ya salgo-me deshice de él, sabía que me estaría esperando mas poco me importaba, si iba a pararse fuera de mi puerta era su decisión y nada en el mundo lograría apurarme. Saque de entre mis cosas una pequeña bolsa negra que utilizaba para cuando salía ligera y guardé uno de los muchos libros que mi hermano me había regalado, sabía por experiencia que él cargaría más de los necesarios pero para mí con ese me bastaba. Me miré una última vez en el espejo y a gusto con mi deslumbrante aspecto salí de mi habitación dejando que mi hermano me siguiera.

Al llegar al andén 9 ¾ me alejé un poco de Arthur, odiaba la atmósfera que se creaba al recibimiento de los amigos y la despedida de los padres. Hacía ya tiempo que nuestra madre no nos acompañaba y aunque tenía algunos amigos en el colegio no tenía intención alguna de buscarlos y formar una tonta escena como las que se desarrollaban a mi alrededor, mis amigos sabían que si querían verme ellos tendrían que buscarme, puesto que una Cacciatore jamás se rebajaría al nivel de tener que buscar compañía.

Entré rápidamente al tren, siguiendo a Arthur que se hallaba solamente unos pasos por delante de mí, pude ver que abría un compartimiento y me dispuse a seguirlo cuando me percaté de que no se hallaba vacío. Por unos instantes creí que me estaban haciendo una especie de broma, nada más y nada menos que mi traidora hermana se encontraba sentada en el cubículo y en compañía de basura Potter, mi ceño se frunció con evidente asco y sin dirigirle más que una mirada de desprecio a Kendra me fui, dejando la puerta abierta mientras le decía: -Tal vez deberían prohibir el acceso de cierta escoria al tren, o en todo caso mandarla al área de equipaje-. Mis pasos me alejaron antes de que ella pudiera replicar palabra y, al encontrar al fin a Arthur en el último compartimiento me acerque a él, entrando sin anunciar y tirándome sobre el sofá que se hallaba justo frente a él, pero sin perder la elegancia que tanto me caracterizaba.

-Bueno, comencemos el juego-.

Vagón N°: 2
Estoy con: Lysander A. Sartorius, Isabel S. Crowley

Note como la joven estaba acomodándose al igual que yo sin duda había llegado unos instantes antes de mi arribo le ayude a acomodar su equipaje para inmediatamente acomodar el mio. El joven que estaba hay se presento tanto por el mismo como por ella, extendí mi mano para saludarlo y realice un ademan para saludar a la joven antes de tomar asiento junto a el.

-Un gusto y espero no incomodar aquí, la verdad entre mas pronto encuentre lugar mejor- No era de estar buscando vagón por vagón, pero tampoco era de los que entraran donde sea sin ser invitados a permanecer en ese lugar como había ocurrido en esta ocasión. -Lamento no haberme presentado mi nombre es Emmanuel De la Rosa un pacer conocerlos- Algo que tenia era la educación aunque no siempre la mostraba. Tome mi maleta de mano y saque un par de palanquetas sin duda era algo de lo que extrañaba cuando estaba fuera de mi país y siempre traía varias para poder comerlas en mis estadías lejos de mi casa. -Justan un poco - Les ofrecía un poco algo que no me gustaba hacer mucho puesto a que eso implicaba que comería menos pero nada que no solucionara pidiéndole a mi madre que me mandara mas.

Les pase uno a cada uno sin duda eso haría le pediría que me mandara mas así que no me costaba nada darles uno completo para que lo comieran con mas gusto. Algo que también extrañaría serian mis tradiciones pero en otras ocasiones las llevaría acabo como siempre lo hacia hasta el momento que entre aquí de lo cual no me arrepentía. Esperaba que le viaje no se me hiciera pesado aunque tal vez con ellos aquí no seria hacia puesto a que podríamos platicar de cualquier cosa durante todo el recorrido y saber que conocería a dos personas mas en el colegio era una ventaja, incluso podrían cubrirme en una que otra travesura que se me ocurriera aunque nunca me salían como yo esperaba.

Vagón N°: 5
Estoy con: Louis, Izar y Padgett

Sus maletas habían estado desde un día antes. Su abuela Molly habían ayudado así que el levantarse temprano sólo había sido para prepar las ultimas cosas que llevaría en su bolsillo, como la pocima que hacia que su cabello rojizo se volviera rubio. Ayudó a su abuela a preparar el desayuno para todos y junto con la mayoría de la familia weasley partieron a la estación.

Como siempre solo su padre estaba ahí, sobre el tío Harry, "Claro, sólo por él es que viene" pensó ella mientras besaba a sus abuelos y abrazaba a sus tíos

Nos veremos en vacaciones!! Gritó con un gesto tierno el cual fue cambiado por una expresión arrogante mientras entraba al tren. Como James, sus deberes familiares quedaban relegados en su estancia en Hogwarts a menos que necesitara lo contrario, paso de largo el primer vagón.. nunca nadie que se respetara se sentaba en ese, al pasar por el que estaba su prima Lily saludo sin ingresar. Sacó de su bolso el pequeño frasquillo que contenía la posima que cambiaba el color de su cabello y lo tomo mientras pasaba por donde estaba su primo James.

El 5 es mi numero de suerte agregó ingresando y se detuvo un segundo mientras su cabello terminaba de volverse rubio, parpadeó un segundo mirando que sólo hombres se encontraban ahi, guapos por cierto, sonrió de medio lado apoyandose en el marco de la puerta, con una mano en la cadera ¿Es una reunión secreta de super hombres? ¿O puedo unirme?